EFECTOS PSICOLÓGICOS DEL AISLAMIENTO SOCIAL
- cobertura periodistica
- 25 jul 2020
- 2 Min. de lectura

El estado de alarma decretado por el Gobierno para hacer frente a la expansión del nuevo coronavirus obliga a los ciudadanos a permanecer confinados todo o gran parte del día en casa. Se trata de una situación estresante, en primer lugar por los motivos que han llevado a tomar estas drásticas medidas, y también por la incertidumbre de no saber por cuánto tiempo se prolongará la situación.
Sin embargo, existe un primer efecto psicológico que se produce en este tipo de situaciones de confinamiento debidas a un crisis que es, paradójicamente, una cierta tranquilidad. Esto se debe a que el ciudadano percibe que se está haciendo algo para controlar la crisis, tanto si se trata de un atentado terrorista masivo como si es una epidemia de salud o una catástrofe natural. En medio del caos, se está haciendo algo y además nos podemos refugiar en un lugar aparentemente seguro que es nuestro hogar.
Sobre los efectos negativos o positivos del aislamiento social, no es lo mismo una situación en la que tienes un tipo de margen de movimiento, como la que hay en nuestros país que el toque de queda es a partir de las 10:00 p.m. y que puedes hacer ciertas rutinas de la vida cotidiana como ir a hacer la compra básica, a otros países que no hay toque de queda como España, donde hay bares abiertos, discotecas, puedes salir a cualquier hora sin que un militar esté en cada esquina de una cuadra.

La tecnología: ¿aliada o enemiga?
En esta situación, no cabe duda de que las nuevas tecnologías son una ayuda muy eficaz para combatir la sensación de aislamiento. Permite comunicarnos con nuestros familiares y amigos, compartir películas y conciertos, leer, informarnos, para muchas personas, sobre todo las que viven solas, las telecomunicaciones serán la mejor terapia.
Sin embargo, también son un arma de doble filo: el pánico y los bulos son fácilmente viralizables, y los expertos tampoco recomiendan estar todo el día enganchados a las redes o buscando información sobre la crisis del coronavirus, porque esto nos puede hacer entrar en un estado de angustia permanente. La propagación de fake news son algo inherente a las redes sociales, y ya estaban allí antes de que se decretara el estado de alarma. Ni solo, ni mal acompañado
Para las personas que viven solas, una situación de confinamiento que se prolongue en el tiempo puede acarrear consecuencias psicológicas. Hay muchas personas mayores que viven solas, especialmente vulnerables, que no tienen mucha vida social y que la hacen precisamente cuando salen a dar un paseo, a hacer compras, etc. Para ellas esto es aún más grave porque aumenta la sensación de aislamiento que ya de por si tienen en su vida cotidiana.
Y luego está el otro extremo: gestionar los problemas habituales de convivencia en una situación muy excepcional. Está demostrado que los divorcios han aumentado en estos meses, y es que muchas familias se ven obligadas a pasar mucho tiempo juntas, y aparecen roces y peleas. Ahora hay que convivir con los niños en casa, encerrados, y muchas veces teniendo que teletrabajar al mismo tiempo. Son situaciones de estrés complicadas.”, recuerda el experto.
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